Tener «gases intestinales» es una queja común en consulta, pero rara vez se aborda desde una perspectiva integrativa como la que ofrece una psiconeuroinmunologa. En este artículo, exploraremos por qué muchas personas experimentan «gases después de comer», y cómo factores como la fermentación bacteriana, las intolerancias alimentarias, la disbiosis intestinal y el estrés se interrelacionan desde el enfoque de la Psiconeuroinmunología (PNI).
Diferencia entre gases por fermentación de hidrógeno (H2) y de metano (CH4)
Cuando hablamos de «gases intestinales», es fundamental entender que no todos los gases son iguales. Existen diferencias fisiopatológicas entre quienes producen mayormente hidrógeno (H2) y quienes generan metano (CH4).
- Fermentadores H2: Suelen presentar hinchazón, dolor abdominal y flatulencias frecuentes «después de comer». Este tipo de fermentación se asocia con un sobrecrecimiento bacteriano en intestino delgado (SIBO).
- Productores de metano: Aunque tienen menos flatulencias, experimentan estreñimiento, digestiones lentas y pesadez postprandial. Este metano proviene de arqueas como Methanobrevibacter smithii.
Ambas condiciones generan «gases intestinales», pero sus implicaciones clínicas y tratamientos son diferentes.
Lactasa, FODMAPs e intolerancias alimentarias
Otra causa común de «gases después de comer» son las intolerancias alimentarias. La más conocida es la deficiencia de lactasa, enzima necesaria para digerir la lactosa.
- Sin lactasa, la lactosa llega al colon donde las bacterias la fermentan, produciendo «gases intestinales» y síntomas como hinchazón, cólicos y diarrea.
- Los FODMAPs (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) son otro grupo problemático. Al ser fermentados por la microbiota, generan una gran cantidad de gas.
Una psiconeuroinmunologa puede ayudar a identificar estas intolerancias mediante una historia clínica detallada y pruebas funcionales.
Disbiosis intestinal: un factor clave
La disbiosis es el desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal. Este desbalance favorece la proliferación de bacterias fermentadoras, aumentando la producción de «gases intestinales».
- Puede estar provocada por antibióticos, dietas desequilibradas, contaminación o incluso por el estrés crónico.
- El resultado es una microbiota menos diversa y más proinflamatoria.
Desde la PNI, se trabaja no solo en la modulación de la microbiota, sino también en entender el impacto del eje intestino-cerebro.
El papel del nervio vago y la bradicardia vagal
El nervio vago regula funciones digestivas clave. En contextos de estrés, su tono disminuye, lo que reduce la secreción de ácidos y enzimas digestivas, causando fermentaciones anormales y «gases después de comer».
- La bradicardia vagal (reducción del ritmo vagal) puede alterar la motilidad intestinal.
- Esto favorece el sobrecrecimiento bacteriano y la disbiosis.
Una psiconeuroinmunologa abordará este aspecto con estrategias como el biofeedback, la respiración diafragmática o incluso ejercicios vagales.
El estrés: el gran modulador de la salud intestinal
Desde la PNI, se reconoce el papel del sistema nervioso autónomo y del eje HHA (hipotálamo-hipófisis-adrenal) como moduladores de la función digestiva.
- El estrés crónico disminuye la diversidad microbiana y afecta la permeabilidad intestinal.
- También reduce la capacidad de digestión y favorece la aparición de intolerancias alimentarias.
Esto crea un círculo vicioso donde el estrés aumenta los «gases intestinales», y estos a su vez empeoran la calidad de vida, aumentando el estrés.
Tratamiento integrativo desde la Psiconeuroinmunología
Una psiconeuroinmunologa abordará los «gases intestinales» con una mirada integradora:
- Evaluación clínica completa: historia digestiva, emocional, nutricional y hormonal.
- Modulación de la microbiota: con prebióticos, probioticos, fitoterapia y dieta antiinflamatoria.
- Gestíon del estrés: a través de estrategias de PNI como la regulación del nervio vago y la terapia emocional.
- Educación alimentaria: eliminación temporal de FODMAPs, lactosa y otros irritantes.
Este enfoque permite reducir los «gases después de comer» y mejorar la calidad de vida.
Los «gases intestinales» no son solo un problema digestivo, sino una señal de desequilibrios múltiples que deben entenderse desde una visión integradora como la PNI. Si padeces «gases después de comer» de forma habitual, es posible que tu microbiota, tu sistema nervioso y tu alimentación estén pidiendo atención.
En Pilar Boada, psiconeuroinmunologa trabajamos desde la PNI Barcelona y también ofrecemos acompañamiento en formato PNI online. Descubre una manera diferente de abordar tu salud digestiva desde la raíz.